El término t-learning se utiliza con el significado de aprendizaje interactivo a través de un televisor. No es simplemente una adaptación de e-learning para IDTV, pues cuenta con sus propias características distintivas, relacionadas, en gran parte, con las restricciones impuestas por el televisor y el Set-Top Box, como la baja resolución de la pantalla, el hecho de que la interacción haya de llevarse a cabo a través de un mando a distancia o las bajas prestaciones de un Set-Top Box --mucho más limitadas que las de un ordenador.

Igualmente importantes resultan otras particularidades que no tienen que ver con aspectos tecnológicos sino sociales: la predisposición que un alumno de t-learning presenta hacia la educación es completamente diferente a la de aquél de e-learning. Mientras que el segundo tiene una actitud activa hacia el aprendizaje, ya que ha sido él mismo quien ha decidido tomar parte en la experiencia educativa; el primero es normalmente más pasivo y habrá de ser atraído hacia ella a partir de actividades de entretenimiento que puedan resultarle interesantes.

Dicha pasividad herencia de los más de 50 años de televisión analógica, donde la interacción entre telespectador y televisor se reduce a un mando a distancia, unida a la concepción de la televisión como un medio dedicado al entretenimiento, hacen necesario entender que el telespectador no buscará, por lo general, una educación formal sino que se verá involucrado en una experiencia educativa a partir del entretenimiento.

Sin embargo, no todo son obstáculos para la educación a través de IDTV, ya que existen diferentes razones que la convierten en un medio adecuado para ello: por una parte, alrededor de un 98% de los hogares europeos cuentan con al menos un televisor, por otra, la gente tiende a confiar en todo aquello que ve en televisión, lo que resulta indispensable para la educación.